Bolivia anunció durante una reunión de la ONU sobre drogas, que iniciará un procedimiento para acabar con la prohibición internacional de la hoja de coca, que tiene importantes usos tradicionales para los pueblos andinos.
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, explicó en una rueda de prensa posterior que su país hará uso de su derecho como signatario de los tratados internacionales para pedir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una “revisión crítica” de las propiedades de la hoja de coca.
“El uso ritual de la hoja de coca no es toxicomanía”, afirmó el vicepresidente, que criticó lo que llamó “seis décadas de discriminación y colonización” por la prohibición de la hoja de coca. Igualmente, subrayó en varias ocasiones que la hoja de coca no es cocaína y que su país está plenamente comprometido en luchar contra el narcotráfico.
La hoja de coca se encuentra en la Lista I de la Convención Única de 1961, donde se sitúan las sustancias más peligrosas y bajo un control internacional más estricto, como la heroína y la cocaína, entre otras.
El Gobierno de Bolivia lleva años quejándose de que las restricciones impuestas por los tratados frenan el potencial mercado internacional de productos de hoja de coca y sus derivados, que beneficiaría a las comunidades que dependen de su cultivo.
“Nosotros, como pueblos milenarios, tenemos derecho a exportar, a comercializar, a industrializar la sagrada hoja de coca”, concluyó el vicepresidente.