Expertos aseguran que los licores de agave se están convirtiendo en las bases para bebidas embriagantes más populares, pero también su producción peligra debido a las consecuencias del cambio climático.
Un estudio publicado por el portal Nature reveló que la escasez de agua provocada por la sequía y derivada del cambio climático, podría provocar una alteración en la distribución y cultivo de agave, principal ingrediente del tequila.
Según el artículo, la planta de agave pertenece a las especies desérticas y podría resistir algunas condiciones adversas; sin embargo, los científicos aseguran que su ciclo de vida es frágil, por lo que un gran cambio en las condiciones meteorológicas podría afectar su desarrollo.
Asimismo, los animales polinizadores como las abejas, mariposas y murciélagos, están amenazados por el cambio climático. Lo anterior implicaría que mayores cambios o migraciones irregulares o nulas, impidieran el desarrollo de la flora.
Por ejemplo, el calentamiento de las temperaturas se ha convertido en una preocupación creciente para el murciélago mexicano de hocico largo, una especie clave para el tequila. “No tendríamos tequila si no tuviéramos murciélagos, porque es lo único que poliniza la planta de agave con la que se hace el tequila”, declaró Ron Magill, director de comunicaciones y experto en fauna salvaje del Zoológico de Miami.
De acuerdo con el Distilled Spirits Council de EEUU, el tequila y el mezcal tuvieron un crecimiento acelerado en 2022, y licores como el vodka vieron reducido su gusto y, por consecuente, su adquisición. Igualmente, ambos productos fueron de los más exportados por México el año pasado, por lo cual, podría representar un riesgo económico para las zonas productoras de agave.