(Love and monsters)
Plataforma: NETFLIX
Comedia / ciencia ficción
Ya hemos visto esta película en más de una ocasión: futuro distópico, la mayor parte de la humanidad está destruida, los supervivientes restantes tienen que enfrentarse a zombis, alienígenas o monstruos de algún tipo, el galán consigue a la chica, beso y fin, salen los créditos.
A pesar de que la sinopsis de la comedia de NETFLIX cumple con varios de estos clichés, no se duerme en sus laureles y nos da un giro que convierte a esta cinta en un espectáculo entretenido de principio a fin.
La historia comienza con nuestro héroe Joel (Dylan O’Brien) dibujando tiernamente la foto de Aimee, su novia de la escuela secundaria, cuando de repente, todo se va a la tostada. Ocurre un desastre que destruye al 95 por ciento de la población y convierte a los bichos raros del mundo (lagartos, ranas, insectos y gusanos) en monstruosos gigantescos, sedientos de sangre, bueno no exactamente pero un zapato ya no es suficiente para matar a una cucaracha.
Joel y Aimee se separan, se van en direcciones opuestas, pierden a sus familias y, siete años después, Joel se encuentra en una colonia de personas, afortunadamente, bastante más capaces que él.
A pesar de ser un bueno para nada en el departamento de supervivencia, Joel decide dejar la colonia, en busca de Aimee, sus amigos se encogen de hombros y le dan el mejor consejo que pueden. No intentes ser un héroe, obviamente.
En el camino, Joel se encuentra con un simpático perro llamado Boy, un curtido superviviente de nombre Clyde (Michael Rooker) y su pequeña acompañante Minnow (Ariana Greenblatt) que a pesar de su edad, es muchísimo más capaz que Joel.
Love and Monsters es otra película que fue directamente a Netflix, y no estoy seguro de que verla en casa le haga ningún favor, ya que sus más que adecuados efectos visuales, específicamente el diseño de los bichos gigantescos, podrían apreciarse mejor en una sala de cine, ya que la escala y fotografía, junto con su diseño de audio se quedan cortas, no importando que tan grande sea tu pantalla plana.
Al igual que su predecesor más obvio, Zombieland, se adapta mucho mejor a una audiencia numerosa y poco exigente, que se divierte todos al mismo tiempo.
Y al igual que Zombieland, despega en algunas direcciones diferentes a las obvias de la caza de monstruos. Love and Monsters puede ser grande y desordenado, pero también es poco cínico y está ansioso por complacer. Si te gustaron películas como Shaun of the Dead o Jumanji, como dice NETFLIX, probablemente lo pasarás igual de bien con esto.
Le doy a Love and monsters:
3 ½ palomitas (solo porque no la vi en el cine)