En épocas de guerra han existido ataques sorpresas hacia países, pero en algunos casos han atacado a la población civil, tenemos, por ejemplo: Pearl Harbor, Hiroshima, la Alemania de Hitler, por mencionar algunos. Hago esta introducción porque es importante reflexionar que la población civil no espera un ataque, por lo que al sufrirlo no tiene la preparación militar para reaccionar favorablemente, no hay un procedimiento protocolario de protección en las personas, ya que su vida transcurre dentro de una normalidad cotidiana.
El problema de salud pública conocida como la Pandemia de Coronavirus SARS-CoV-2, que publica sus primeros casos: de manera mundial, en diciembre de 2019 primer caso en Wuhan, China. En México, su primer caso el 27 de febrero de 2020 y en Tabasco, su primer caso el 6 de mayo de 2021, en ese orden cronológico, fue, lamentablemente, un ataque sorpresa a la población civil.
Uno de los sectores más vulnerables fue la Educación ¿estaban preparados? ¿Cómo reaccionaron ante este ataque sorpresa del Covid-19? Es lamentable reconocer que no, no estaban preparados los padres, los alumnos, ni los maestros. Al igual que los ataques sorpresas a la población civil en casos de guerra, todo mundo corrió en distintas direcciones, no se daba crédito a la catarsis que arrancó en Wuhan. Se empezó a ver que los caídos ya no eran extranjeros, era la familia, el entorno laboral, el lugar donde se vive, los amigos.
La primera reacción fue el ¡Quédate en casa! Solo eso, acostumbrados como entes sociales a desplazarse tranquilamente, no se sabía si estaban afectando la “libertad” personal o si se estaba invadiendo la “libertad de otros”. Así que surge algo muy importante, para cuidarse y cuidar a los del primer entorno cercano, se debe mantener una sana distancia con todos, incluyendo a la propia familia que no habitaba en el mismo lugar, llevando a la población al terrible e incomprensible aislamiento.
