De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2019 en la Ciudad de México el 96% de las mujeres fueron víctimas por lo menos una vez de algún acto de violencia en el transporte público, puntualizando que en 9 de los 10 casos quien agrede son hombres.
Asimismo, datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2016 señalan que el 66.8% de las mujeres consultadas en aquel entonces declaró haber sido víctima de acoso sexual en el transporte público a lo largo de los 12 meses anteriores a dicho ejercicio.
Ya sea en el Metro, camiones, combis, taxis o cualquier otro medio de transporte público, diariamente las mujeres mexicanas son víctimas de agresiones que van desde piropos o frases de carácter sexual, toma de fotografías o videos y hasta tocamientos o “manoseadas”.
Según lo expuesto por el Cuaderno de Investigación número 54 del Senado de la República, en 2017 las agresiones sexuales más recurrentes al interior del Sistema de Transporte Colectivo Metro fueron tocamientos, toma de foto o video sin consentimiento, muestra de genitales, fricción de genitales y majaderías sexuales.
El Gobierno de México señaló en una publicación de junio de 2022 que el acoso sexual en los espacios públicos es una de las manifestaciones más frecuentes y normalizadas de las violencias en contra de las mujeres y niñas.
A través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano se apuntó que dicha conducta además de constituir un delito trasgrede el bienestar físico, psicológico, familiar, laboral y social de las víctimas.