Se trata de uno de los componentes más importantes que requiere nuestro organismo para mantenerse saludable, una vitamina, de las más importantes, que nuestro cuerpo produce gracias a la intervención de algunos alimentos y de la exposición al sol.
La vitamina D tiene una función similar a la de una hormona, ya que se encarga de regular todos los procesos químicos y físicos del organismo que precisan de energía.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos precisan que la vitamina D ayuda a que el organismo absorba el calcio, un elemento que fortalece los huesos, los músculos y los nervios, pero sobre todo para mejorar la capacidad de nuestro sistema inmunitario.
Suministrar esta vitamina al cuerpo puede hacerse a través de suplementos farmacéuticos o de alimentos como el pescado graso, el hígado, la ricota, la carne roja, la leche, la palta, las yemas de huevo, los cereales fortificados y los hongos.
Y más allá de esto, las personas deben exponerse al sol, ya que esta vitamina se sintetiza en el tejido cutáneo.