En la inauguración de la cumbre suramericana, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo un llamamiento a retomar la integración regional a través de un foro que trascienda las ideologías y comience a funcionar de inmediato, compuesto por representantes de los presidentes, con el objetivo de preparar en un plazo de 120 días una nueva “hoja de ruta para la integración de Suramérica”.
En la cumbre participaron los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela. Perú estuvo representado por el presidente del Consejo de Ministros.
El presidente brasileño presentó diez puntos para la discusión, una especie de decálogo para la nueva integración propuesta. Entre las propuestas se encontraba la idea de utilizar el ahorro regional para el desarrollo económico y social a través de organismos financieros regionales, así como la posibilidad de utilizar las monedas locales en el comercio suramericano para reducir la dependencia del dólar.
Además, se planteó la necesidad de homologar regulaciones y reducir la burocracia en el ámbito comercial, ampliar el comercio electrónico y actualizar la cartera de proyectos para la integración física de la región, que lleva más de dos décadas y aún está mayormente inconclusa.
El “decálogo” de Lula también incluyó la propuesta de crear un mercado energético suramericano que garantice el suministro, el uso eficiente de los recursos, la estabilidad jurídica, los precios justos y la sostenibilidad social y ambiental.
La clausura de la cumbre está programada para las 18:00 horas locales (21:00 GMT), después de lo cual algunos presidentes regresarán a sus países y otros asistirán a una cena ofrecida por Lula en el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia.