Al menos 29 personas murieron por la violencia desatada el jueves en el estado de Sinaloa tras la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín «el Chapo» Guzmán más buscados por EE.UU., según reveló este viernes el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval en la conferencia de prensa matutina del presidente de la República.
Sandoval señaló que de los 29 fallecidos, una decena pertenecían a las Fuerzas Armadas mexicanas y 19 a los grupos criminales que generaron los disturbios violentos; además, informó que otros 35 soldados mexicanos resultaron heridos por armas de fuego y que hasta 21 presuntos miembros del grupo criminal “Los Chapitos” fueron detenidos durante el operativo del jueves.
En el operativo participaron 3.586 efectivos de las Fuerzas Armadas, quienes también afrontaron la violencia desatada en las calles de ciudades como Culiacán (capital de Sinaloa), Los Mochis y Mazatlán.
Dentro del inmueble donde fue detenido Guzmán las autoridades encontraron 1.4 toneladas de marihuana, cuatro fusiles Barrett, seis ametralladoras de calibre 50 y 7.60, unas 20 armas largas, dos pistolas, 111 cargadores abastecidos y 595 cartuchos de diferentes calibres. También se aseguraron 13 vehículos y se neutralizaron hasta 40, entre ellos 26 eran blindados.
Al respecto, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, agregó que la Fiscalía General de la República (FGR) está trabajando en los expedientes contra Guzmán por los delitos de porte de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y tentativa de homicidio.
Por su parte, el canciller Marcelo Ebrad ha negado que el sospechoso sea extraditado en un proceso “fast track”, pese a que EE UU tiene una solicitud de entrega vigente desde 2019.