Entre sus amigos y conocidos, no hay quien no lo llame “Caliche”. Sin embargo, para la esfera formal y para los ciudadanos en general, se presenta como Carlos Enrique Íñiguez Rosique.
Al lado del secretario de Gobierno, ostenta una de las posiciones más influyentes y protagónicas en el gabinete. Indiscutiblemente, forma parte de la nueva clase política que llegó al gobierno estatal junto al actual Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y ha ido consolidando su presencia y autoridad con un poder que no pasa desapercibido.
Antes de asumir su actual responsabilidad, desempeñó roles clave como director administrativo del Congreso del Estado y del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT).
En la actualidad, aspirantes a cargos municipales o legislativos buscan su visita, difundiendo fotografías para destacar sus buenas relaciones y eventual respaldo. Su cercanía con el entonces gobernador Adán Augusto y el actual Secretario de Gobernación ha impulsado su crecimiento, convirtiéndolo en una figura destacada tanto dentro como fuera del círculo más próximo del mandatario Carlos Manuel Merino Campos.
Su rostro y nombre empiezan a ser más conocidos entre los tabasqueños y aunque algunos argumenten que no tiene posibilidades de aspirar a un cargo popular por no haber caminado como candidato, los hechos demuestran que en los tiempos de Andrés Manuel López Obrador, el pensamiento de José Ortega y Gasset está más vigente que nunca.