A través de su círculo de reflexión, el IEM estableció que los menores necesitan de padres saludables física, emocional y psicológicamente.
Rolando Díaz Cruz
“Las niñas y niños no necesitan de padres, madres o cuidadores perfectos, sino personas adultas saludables física, emocional y psicológicamente, que les cuiden y transmitan seguridad por medio del respeto a su integridad”, aseguró la coordinadora del Fondo para el Bienestar y Avances de las Mujeres (FOBAM), Reyna Victoria Sánchez Hernández.
Al ofrecer el círculo de reflexión “Educar sin violencia, por una crianza respetuosa”, ofrecido por el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), consideró que todos tenemos una forma muy especial para educar a nuestros hijos, pero el común general es que debe hacerse sin violencia para formar a futuros adultos responsables y respetuosos.
La psicóloga por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) dijo que la violencia en la vida de niñas y niños les afecta de forma significativa y vulnera una serie de derechos universales, como la paz, educación, salud y una vida libre de violencia.
En la plática que ofreció virtualmente vía Zoom hizo una comparación entre los conceptos de educación y violencia, definiendo al primero como la formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.
Y señaló que la violencia es el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo. Lamentó que en muchos casos la violencia es heredada de abuelos o padres, porque creen que es la mejor manera de educar, haciendo uso de diferentes estrategias, como la famosa “chancla”.
Al interactuar con los participantes del círculo de reflexión, ofreció dos “memes” que ejemplifican claramente los conceptos de educar sin violencia o educar con violencia. Puntualizó que hay numerosos estudios que han demostrado que hay alternativas más eficientes para educar a los niños sin tener que recurrir a la violencia física.
La especialista –quien ha participado en congresos nacionales e internacionales en la materia–, destacó que de acuerdo a la última Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, señala que 40.2 por ciento de las personas adultas considera justificable golpear a un niño cuando se porta mal, y un 25.3 por ciento señaló que es justificable como parte de la educación.
Indicó que la misma encuesta dice que casi tres de cada diez niñas y niños han llorado por culpa de sus padres, y a uno de cada cuatro los han golpeado sus padres en su casa, además de que les han escondido o quitado sus cosas, y los han asustado.
La coordinadora del Fondo para el Bienestar y Avances de las Mujeres (FOBAM) del IEM enfatizó que las principales consecuencias de educar con violencia se reflejan en la salud física y mental de los menores, aumenta la deserción escolar, se abusa de estupefacientes, se presenta más depresión y suicidios, y se vincula con la delincuencia común u organizada.
Opinó que para tener una mejor crianza de los menores es indispensable involucrar a la familia en las reglas y acuerdos que se tienen con niñas y niños, y formar equipos para respetar las funciones de cada miembro de la familia, para que desde el amor y con firmeza, participen coordinadamente en la educación.
