Recientemente se ha aprobado en México una nueva Ley de Ciencia y Tecnología que ha generado polémica en la comunidad científica del país. La ley establece el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, conocido como Conahcyt, y ha eliminado la antigua ley aprobada en 2002. El cambio más notorio en la nueva ley es el aumento de la palabra “humanista” y sus derivados, que aparecen 93 veces en el texto.
Aunque el cambio puede parecer meramente estético, la nueva ley tiene como objetivo hacer que la ciencia sea más accesible y enfocada en resolver los problemas más urgentes del país. La ley también define que la ciencia en México debe tener beneficio social y ser accesible para todos.
La antigua ley de ciencia y tecnología fue criticada por promover políticas neoliberales y por propiciar el abandono de la ciencia básica. Además, la antigua ley permitió el corporativismo y la distribución de fondos públicos sin objetivos claros ni resultados concretos.
La nueva junta de gobierno que decidirá la política científica y de innovación tecnológica en México estará integrada por el Conahcyt y las secretarías de estado, incluyendo Defensa Nacional y Marina.
El Conahcyt tiene un año para emitir reglas y normas administrativas para cumplir con la nueva ley. Durante el mismo periodo, los estados del país tendrán que hacer modificaciones a sus leyes para armonizarlas respecto a la nueva ley de ciencia y tecnología. Si bien la nueva ley ha sido criticada por algunos miembros de la comunidad científica, su objetivo es hacer de México una potencia en innovación.