Fitch Ratings ha ratificado la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva estable, respaldada por su política macroeconómica prudente, finanzas públicas estables y deuda también estable.
Sin embargo, la calificación se ve limitada por indicadores de gobernanza débiles, crecimiento económico moderado y los pasivos de Pemex. Fitch señala que la intervención del gobierno afecta las perspectivas de inversión.
Aunque se prevé una presión en los ingresos debido a la reducción en el precio del petróleo y la apreciación del peso mexicano, la eliminación del IEPS a las gasolinas beneficiará la recaudación. Por otro lado, el gasto público se ha visto afectado por los costos de endeudamiento debido a la alta inflación y tasas de interés.
Fitch proyecta un crecimiento del PIB mexicano del 2.5% en 2023 y del 1.8% en 2024, mientras que se espera una disminución gradual de la inflación alcanzando tasas de 5.8%, lo que indica que el peso mexicano se seguirá manteniendo estable.