Durante la 53 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington D.C., Rodrigo Iván Cortés, presidente del Frente Nacional por la Familia (FNF) y representante de la coalición por la Libertad de Conciencia y Expresión, denunció ante Luis Almagro, secretario general de la OEA, embajadores y líderes sociales de la región, la grave violación de las libertades fundamentales en varios países de América Latina.
Cortés destacó la persecución que tanto su institución como él mismo han sufrido por rechazar iniciativas promovidas por políticos que atentan contra los derechos humanos. En el caso de México, mencionó el intento de imponer el aborto y la ideología de género bajo el nombre de “derechos sexuales y reproductivos”, lo cual, según él, amenaza las libertades fundamentales y debilita la democracia.
El representante también se pronunció sobre la situación en Nicaragua, señalando la violación del derecho a la libertad religiosa. Mencionó casos de ministros de culto encarcelados y condenados injustamente, como el del obispo Rolando Álverez, así como la expulsión de órdenes religiosas y el cierre de medios de comunicación y escuelas religiosas. También se refirió a la prohibición de manifestaciones públicas de fe, como las procesiones de Semana Santa.
Cortés concluyó su intervención exigiendo a la OEA que declare enérgicamente que las acciones de los regímenes de Nicaragua y México constituyen violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales, que deben ser corregidas y reparadas.