‘Este tramo estuvo a punto de caer en 2017’, aseguran personas cerca de la zona.
Tras los sismos de 2017, autoridades y constructores de la Línea 12 del Metro tuvieron que “remendar” diversas zonas de la estructura metálica elevada, a cargo de Grupo Carso, para evitar un desplome.
“Este tramo estuvo a punto de caer con el sismo de 2017, eso nos dice que la construcción estuvo mal hecha de origen, eso ya lo sabíamos y, aunque hicimos quejas, sólo hubo parches”, acusaron vecinos.
Una de las fallas denunciadas, dijeron, fue en la trabe 41, entre las curvas 11 y 12, que atraviesa por la calle Guillermo Prieto, colonia Santa Ana, en la alcaldía Tláhuac, zona en la que había mucha
En un recorrido hecho por este diario se corroboró, efectivamente, un apuntalamiento en dicha trabe.
Fotografías del sistema Street View, de Google, permiten apreciar que, al ser inaugurada la obra y hasta septiembre de 2017, en esa ubicación, en la interestación Nopalera-Zapotitlán, no se presentaba ningún apuntalamiento.
Tras el 19-S, se comenzaron a realizar reparaciones. En las imágenes de diciembre de 2017 se observa maquinaria y personal en labores.
Dichos trabajos fueron mediante tres bloques de acero de cada extremo del puente, de unos 20 metros de largo, y en la base del puente se agregaron vigas de acero para evitar que la estructura colapsara.
Las fallas generadas por el sismo en la zona provocaron el descarrilamiento de uno de los trenes, según dijo en su momento Jorge Gaviño, hoy exdirector del Metro.
Además de la columna 69, entre Nopalera y Olivos –a unos metros de donde se desplomó una trabe el 3 de mayo–, también hubo daños en la trabe 41, entre las curvas 11 y 12.
La columna 69 está muy cerca de donde colapsó la estructura del Metro y dos trenes cayeron al vacío, lo que dejó 26 personas fallecidas y más de un centenar de heridos.
Tras los sismos de septiembre de 2017, autoridades del STC Metro ordenaron la suspensión del servicio y repararon los tramos dañados.
En esa ocasión se dijo que los arreglos estuvieron a cargo de Grupo Carso y Colinas de Buen, mediante un convenio que obligaba como constructores de la obra a solventar vicios ocultos. El costo de la reparación fue de 15 millones de pesos.
