Ecuador, Japón, Malta, Mozambique y Suiza recibieron este martes la bienvenida formal al Consejo de Seguridad de la ONU, ocupando los puestos de dos años que obtuvieron sin oposición en junio del año pasado; los embajadores de los cinco países instalaron sus banderas nacionales junto a las de otros miembros fuera de las cámaras del Consejo.
El Embajador de Mozambique, Pedro Comissário Afonso, se refirió a este día como “fecha histórica”, y la Embajadora de Suiza, Pascale Baeriswyl, dijo sentir “un profundo sentido de la humildad y la responsabilidad” cuando sus países se incorporaron por primera vez al órgano más poderoso de la ONU. Malta se incorporó por segunda vez, Ecuador por cuarta y Japón por doceava ocasión.
Los miembros permanentes con derecho de veto son China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. Sus otros 10 miembros son elegidos por la Asamblea General conformada por 193 países para mandatos escalonados de dos años.
Para muchos países, conseguir un puesto en el Consejo se considera un logro diplomático emblemático que puede elevar el perfil mundial de una nación y dar a los pequeños países una mayor voz en las principales cuestiones de paz y seguridad internacionales que acontecen.
Si bien muchas cuestiones son de carácter permanente en el orden del día, los miembros del Consejo también pueden utilizar las sesiones para poner de manifiesto preocupaciones emergentes o temas de especial interés para ellos, por esa razón, al ser posiciones estratégicas, desde la formación del Consejo en 1946, aproximadamente 60 naciones nunca han tenido un puesto en el organismo.
Los miembros que acaban de subir al escaño sustituyen a India, Irlanda, Kenia, México y Noruega.
