El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) estadounidense anunció este jueves que a partir del 23 de diciembre de este año el proceso de la obtención de la residencia permanente se tornará más sencillo para los inmigrantes de bajos recursos.
A partir de esa fecha, entrará en vigor una nueva reglamentación en la cual los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) solo considerarán a los solicitantes de residencia permanente como una carga pública si “es probable que en algún momento dependan principalmente del gobierno para su subsistencia”.
En el año 2021 USCIS recibió un estimado de 648 mil pedidos de tarjeta verde, según datos del gobierno. Durante la primera mitad de este año, la agencia registró 280 mil nuevas solicitudes. Se espera que con las nuevas regulaciones del gobierno de Biden, estos números aumenten.
La medida del gobierno de Joe Biden busca frenar el efecto adverso que las regulaciones anteriores tuvieron en los hogares de inmigrantes, especialmente las estrictas medidas impuestas por Trump en su mandato, donde muchos se negaron a recibir beneficios para los que podían calificar, por miedo a no poder acceder luego a una Green Card.
De acuerdo a declaraciones de Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, esta acción “garantiza un trato justo y humano para los inmigrantes legales y sus familiares ciudadanos estadounidenses”, además, además, añadió que no habrán penalizaciones a las personas que “accedan a los beneficios de salud y otros servicios gubernamentales complementarios disponibles para ellos”.