Cada año, México experimenta un periodo de altas temperaturas conocido como canícula, que trae consigo diversas repercusiones en el territorio. La sequía, enfermedades relacionadas con el calor, daños en las cosechas y deshidratación son algunas de las principales consecuencias, especialmente para los grupos vulnerables como los ancianos y los recién nacidos.
En este año, desde principios de junio, las temperaturas han alcanzado los 40 grados centígrados en estados como Sonora, Baja California, Michoacán, Jalisco y Chiapas debido a la tercera ola de calor que se prevé persistirá durante al menos 10 días, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Durante el inicio de la canícula en 2023, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) ha advertido que las temperaturas podrían incluso llegar a los 45°C en las regiones del norte del país.
De acuerdo con los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se espera que el resto del país siga experimentando esta tendencia. La canícula de este año agravará la sensación térmica de las altas temperaturas, que ya superan los 30 grados centígrados. Esta situación representa un peligro para la salud, ya que los golpes de calor son comunes durante este fenómeno climático.
El Cenapred ha señalado que es difícil establecer una fecha exacta para el inicio de la canícula debido a la variabilidad climática del fenómeno. Sin embargo, con base en registros de años anteriores, se estima que comienza a mediados de julio, una vez concluido el solsticio de verano.
La canícula suele durar alrededor de 40 días, con temperaturas superiores a los 45°C en gran parte del país. Para este año, se espera que el calor extremo llegue incluso a la Ciudad de México, con registros de aumentos históricos. Según la experiencia de años anteriores, los días calurosos se prolongarán hasta finales de agosto, acompañados de sequías y ausencia de lluvias.